Olfatear el queso

Marketing

“Es mi vocación pero no es rentable”; “Voy a cambiar de rubro porque no me está yendo bien”; “Mejor me busco un trabajo y dejo esto como un hobby”, frases como estas o similares hemos escuchado —al menos yo— ciento de veces.

Alguien muy sabio, y con mucha facilidad de palabras, me dijo una vez: “Vos tenés que olfatear dónde está el queso”, palabras que tomé como parte de mi filosofía de trabajo, las cuales apliqué para fusionar mi vocación con mis anhelos, transformándolas en un medio de vida.

Cada uno es libre de elegir la posición que desee tomar en este plano terrenal, y lo que te pregunto es: ¿Hacés lo que te gusta? ¿Te sentís cómodo dónde estás? ¿Sentís que estás disfrutando de tu trabajo? Porque si existe algo de lo que estoy convencida es que uno tiene que amar su trabajo, se tiene que sentir motivado, con ganas de aprender y superarse todo el tiempo, disfrutando la jornada completa.

Todas las vocaciones son rentables, sólo hay que saber explotarlas, encontrarle la vuelta, buscar el nicho vacante para insertarse y desarrollarse con lo que a uno le gusta, siempre adaptándose a los escenarios que el mercado plantea, pero apostando de lleno a lo más nos gusta hacer.

Lo importante es no quedarnos con la duda y emprender ese negocio o esa profesión que tanto soñamos, sabiendo que muchas personas —sin querer— nos transmiten sus miedos, pero lo hacen porque nos quieren cuidar y buscan nuestra “estabilidad” o “tranquilidad”.

Busquemos señales que marquen el camino a seguir, observemos nuestro entorno, visualicemos el futuro en la mente y el olorcito a queso se sentirá rápidamente para guiarnos en el camino correcto.

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