Cuando de ventas se trata, nos sucede que nos encontramos con todo tipo de clientes: los piolas, los «heavy», los tímidos, los quejosos, los apresurados, los que siempre tienen la razón, los que ya se convirtieron en amigos, entre otros. A todos ellos es necesario atenderlos por igual, con la misma atención y dedicación, pero sobre todo con la misma, y con mucha, paciencia.
¿Sabías que en un ranking de prioridades para el cliente rankea número 1 la atención que se le brinda? Así es, los consumidores valoran mucho cómo nos dedicamos a ellos cuando nos contactan por una red social para realizar una consulta o visitan nuestro local comercial. Y, una vez cautivos, si nuestra atención es la esperada, podremos hacerlos crecer dentro de nuestro negocio – esto significa que podemos venderles más productos o servicios de nuestra cartera -, podemos incrementar la tarifa y esta será aceptada sin problemas, nos recomendarán con otros posibles clientes, entre otras acciones positivas para nuestro negocio.
Para que todo ello suceda, debemos armarnos de mucha paciencia, pensar que del otro lado hay personas con sus historias, con sus días buenos y los no tan buenos, con objetivos preestablecidos y más. Si te levantaste con un día un tanto cruzado te recomiendo contar hasta 10, respirar profundo, cortar tu rutina con un hobbie, pegarte un baño, comer algo rico, ver un poco de tele, lo que tengas a mano te será de mucha utilidad.
(*) Lic. en marketing