Despertarnos y decidir sobre la marcha qué haremos durante el día, en materia comercial, es lo mismo que timonear un bote sin rumbo claro: a algún lugar llegaremos, pero puede que no sea el imaginado.
Si bien vivimos inmersos en una realidad que es inestable, política y económicamente hablando, lo cual, en ocasiones, nos hace redireccionar nuestro destino, necesitamos manejarnos con un plan con sus contingencias. Esto es: fijar uno o varios objetivos claros, tangibles, medibles, alcanzables y temporales para planificar en pos de ellos.
Una vez que tengo en claro hacia dónde queremos ir, el paso seguido es diagramar cómo llegaremos hasta allí, lo que se conoce en materia de marketing como la estrategia. Por citar un ejemplo claro y actual, si tu objetivo es figurar en la primera página de Google cuando un usuario de Internet realiza una búsqueda relacionada a tu negocio, la estrategia puede ser: Tener un sitio web y redes sociales actualizadas.
Luego será el turno de la parte táctica, un paso donde diagramamos las tareas concretas a realizar. Siguiendo el ejemplo anterior podríamos decir que la táctica es realizar cinco publicaciones semanales en cada red social del negocio más una nota de interés en el sitio web para viralizarla, con o sin dinero.
Y como último paso: la agenda diaria, mi tan amado social media. ¿Qué publicaremos los lunes, los martes, los miércoles…. ? ¿sobre qué temas escribiremos en nuestro blog?
Espero y deseo que esta información te haya sido de utilidad y que la puedas aplicar en la prontitud. Verás grandes resultados en tiempo y dinero.
(*) Lic. en marketing.