Cuando ingresé al mercado laboral me tocó tener, mayormente, jefes de más de 45 años. Personas muy conocedoras del mercado, con vasta experiencia y super respetables, no obstante, cuando la que fue adquiriendo experiencia y conocimientos del campo fui yo, el paso del poder comenzó a estar de mi lado y con ello la armonía desapareció.
Las generaciones que me anteceden, ya sea la de mis padres que rondan los 60 años o la famosa generación X (hoy son los mayores de 40), tienen otro estilo de trabajo, otro concepto de dirigir y coordinar personas, otra visión de los negocios. Y es que los millennials amamos trabajar de forma horizontal, armando equipos, no creemos en las jefaturas ni en las burocracias, odiamos los papeles y las reuniones eternas.
Por suerte, o no, muchas generaciones de más de 40, se han ido adaptando a este nuevo concepto de trabajo, aggiornándose a la perfección a los nuevos requerimientos del mercado laboral. Pero, lamentablemente, no son la mayoría, y esta discordancia de creencias hace dificultosas las relaciones comerciales fluidas y productivas.
Solo deseo que cada vez más se sumen más generaciones a este nuevo concepto de producción, donde la prioridad es la fluidez de las acciones, sin tantos requerimientos de por medio, donde con un audio de WhatsApp puedo ejecutar una tarea.
(*) Lic. en Marketing.